Teatro

La compañía de teatro Corazonistas presenta

La venganza de Don Mendo

Adaptación realizada por la propia compañía
del texto de Pedro Muñoz Seca

Sábado 29 de febrero de 2020 a las 18h00
Domingo 1 de marzo de 2020 a las 18h00

Cartel_D. Mendo

 

Programa


VIVA LA FARÁNDULA

Si eres farandulero de corazón, si sientes un gusanillo cada vez que vas al teatro cuando las luces se apagan y se abre el telón, si sabes soñar despierto, si caminas con los pies en el suelo y la cabeza en las nubes, si a estas alturas de la película por fin has aprendido que esta vida es puro teatro y nosotros simples actores a los que a menudo se les olvida el texto y han de improvisar, si echas de menos jugar a indios y cowboys, si te miras al espejo y todavía encuentras al niño que llevas dentro, si te gusta disfrazarte, y, sobre todo, si cumples el requisito fundamental: ser madre/padre de algún alumno (o exalumno, que la veteranía es un grado) de Corazonistas, entonces NO LO DUDES NI UN INSTANTE:

Los lunes por la noche, a las 21.30, te esperamos para hacer teatro, o lo que es lo mismo, para jugar como cuando éramos niños y uno proponía en el patio: “¿Jugamos a que tú eras el malo y yo el sheriff, y Cris será la chica a la que secuestra el malo y entonces Manu será el ayudante del sheriff y Guillermo el indio bueno que sabe seguir el rastro, y Mª José la amiga de Cris que se pierde en el bosque al intentar encontrarla, y entonces…”

¿Qué?, ¿Os apuntáis a jugar? ¿Cómo? ¿Qué no sabéis? ¡Cómo no vais a saber jugar, si todo el mundo sabe!

Mirad, esto del teatro es algo que no sé explicar muy bien, pero sea lo que sea se hace a base de palabras, razón y sentimientos. Y con estos ingredientes se construye una obra. No de golpe, claro, sino que se va evolucionando a través de cinco fases:

  1. Aprender nuestro texto: es decir, memorizar palabras, puestas una detrás de otra. Esto sí es imprescindible, sin palabras no podemos empezar.
  2. Entender nuestro texto: como actores, tenemos que usar nuestro cerebro y comprender qué estamos diciendo y porqué, qué significa. De momento, como veis, estamos en una fase racional. Y hasta aquí estoy segura de que todos podéis llegar.
  3. Entender el texto del otro: cuando estamos en escena y tenemos un diálogo con otro actor, tenemos que entender también lo que el otro nos dice y por qué nos lo dice. De ese modo, podremos reaccionar a sus palabras. Seguimos en una fase racional, aunque empezamos a teñirla de algo parecido a sensaciones y sentimientos. Y es que como humanos, reaccionamos a lo que el otro nos transmite: expresamos sorpresa, enfado, ternura, emoción, risa … Qué, ¿se complica un poco? Bueeeeeeno… os confesaré que con quedarnos entre la fase dos y la tres nos conformamos… así que no os preocupéis, que todos podemos hacerlo.
  4. Sentir lo que decimos: esto da un poco de miedo, lo sé. Es como quitarse los escudos y enfrentarse desarmado a la mirada de los demás. Pero lo cierto es que cuando alguien nos ve sinceros y vulnerables, respeta ese ejercicio de confianza y entrega hacia el público y nos envuelve en un aura de cariño. Es eso que los profesionales llaman “el calor del público”.
  5. Hacer que el público también lo sienta: esto, si se consigue (y sólo unos pocos profesionales de verdad lo logran), es la bomba total. Es adrenalina pura. Si lo pruebas, te enganchó y ya no lo podrás dejar (que conste que os he avisado: si os apuntáis y llegáis a este nivel de excelencia, seréis faranduleros hasta la tumba y ya nunca podréis abandonar, quedáis advertidos). Es una situación de control absoluto, de poder, sientes que tienes al público en la palma de la mano, percibes en la penumbra de la sala a esas personas de cuyo tiempo te has apoderado, y que están paralizadas, absolutamente pegadas a la silla y pendientes de cada uno de tus gestos, de tus palabras. Tú lloras, y ellos lloran. Tú ríes, y ellos ríen.  Indescriptible.

Si habéis llegado hasta aquí, y os apetece, que no os frene el pensar que no lo habéis hecho nunca, o que igual no os sale bien. Seguro que podéis memorizar un texto, seguro que sois personas racionales, y seguro también que tenéis sentimientos. Así que no hay duda: podéis jugar con nosotros. Si os decidís, enviadnos un mail a la siguiente dirección:
teatro.padres.coras@gmail.com

Y buena noticia: si habéis llegado hasta aquí, y no os apetece, es porque os ha tocado participar en el imprescindible papel de público, sin el cual el teatro no existiría.

Nos vemos el día del estreno.

¡VIVA LA FARÁNDULA!!!!!

Angelina Mateu (madre de tres alumnos de Corazonistas y directora amateur del grupo de teatro de padres).